Nivel Inicial

Jardín de Infancia
En el Jardín de Infancia hay niños entre 3 y 6 años. Los niños pequeños experimentan todo a través de sus sentidos todavía. Están entregados totalmente a su entorno. Las capacidades psíquicas que, por ejemplo, pueden protegerles contra experiencias dañinas, todavía no están desarrolladas. Es por ello que el entorno que rodee al niño pequeño es de gran importancia. El niño se identifica con su entorno, se siente integrado en el ambiente circundante.
Lo que ocurre a su alrededor, el niño lo absorbe sin reparos. En el entorno del niño pequeño los colores, los materiales y los sonidos son de gran importancia, pero lo que más importancia tiene es la actitud, comportamiento y cualidades morales de los adultos que le rodeen. Si el entorno es «benigno» el proceso de identificarse y de imitar se desarrollará como es debido. El niño pequeño desarrolla su comportamiento en gran parte por imitación.
Lo que hace la/el maestra/o habitualmente, los niños lo imitan en su juego. También la actividad y el ritmo diario proporcionan confianza y seguridad al niño. Cuentos, canciones, juegos…. El niño pequeño disfruta cuando presiente lo que va a venir. La actividad en el Jardín de Infancia tiene un ritmo diario, así como un ritmo semanal y un ritmo anual mediante la celebración de las fiestas anuales.
Poniendo énfasis en el ritmo y en la repetición de las distintas actividades que se realizan, y que constituyen el hito de cada jornada (como por ejemplo: hacer el pan, pintar a la acuarela, modelar con cera de abejas o hacer una manualidad de acuerdo con la estación del año en la que se está), se conforman sólidos fundamentos de captación del mundo sobre los que el niño, cuando tenga unos 6-7 años, podrá sustentar sus capacidades de aprendizaje activo de la escritura, la lectura, el cálculo, etc. sin mayores dificultades.
Es por ello que en la escuela Waldorf se da mucha importancia a la edad en que el niño deja de ser un «párvulo» y pasa a ser un niño con suficiente madurez escolar. Los niños pequeños son capaces de aprender muchas cosas como contar, leer y calcular. Nosotros, conscientemente, no hacemos todo eso con ellos. El llamado ‘desarrollo precoz’ que podría llegar a tener con ese método podría resultar poco favorable en su vida posterior.